jueves, 15 de septiembre de 2011

Abandon all ships.

Ya es tarde, me pican los ojos. Debo aguantar. Sigo vigilando la esquina. Un parpadeo y estoy perdida. Hace frió, me rehúso a usar el suéter en la bolsa, un descuido y me expongo a ser sorprendida. No son horas apropiadas para que una mujer esté parada cerca de la esquina, nadie la obliga. Pero aquí estoy.
Y aquí estas.
-Ey.- Es lo primero que dices, mientras asiento con la cabeza y avanzo a donde estas. 
-Vamos.- cortamos el camino y seguimos. Los pasos resuenan en la calles vacías, los autos de la hora pico son la música de fondo. En otras circunstancias estaría despavorida y huidiza, pero hoy caminamos despacio, como inspeccionando.  
-¿Quieres?- sacas un cigarrillo del bolsillo, haciendo amago de prenderlo.
-No, ya no.- Había dejado de fumar, aunque se me antojaba tentador con el frío. Encojes los hombros y lo enciendes. El olor tan familiar me transporta a viejas memorias, es inevitable no relacionarlas con el humo. Es inevitable respirar profundo. Tú solo sueltas una risita que me resulta fuera de lugar. Esta escena no cuadra, no en mis recientes días, pero ayer llamaste. Ya no usaba ese teléfono y eso lo hizo más... ¿incómodo? no. Extraño.
-Por aquí.- señalaste con la cabeza la puerta negra del lugar. Entramos. 
El bajo de la música retumbaba en toda la estancia, el aire era caliente y denso y todo estaba pobremente iluminado de rojo. Confianza era lo menos que trasmitía estar aquí. Paramos en la barra, pediste algo y también pediste por mí. Nos sentamos en la mesita del fondo del lugar, donde estaba aun más oscuro; solo se veían unas motas rojas en tu barbilla y tu pómulo derecho.
-¿Bonito lugar?
-Ya.- reíste débilmente -Era lo más cerca.- Alcé una ceja -No es tan malo.
-Y la música.- Sentía retumbar hasta el cabello.
- Los ochentas no fueron tan malos...- Te miré con más dureza - ...Está bien , muy corny.
Deje de cuestionar por qué este lugar y me concentré en la superficie de la mesa. Negra. Tus manos rojas encima haciendo un contraste violento, tu dedo golpeando al son de la canción, el cigarro terminándose en tus otros dedos. Elevas esa mano y con ella mis ojos, que se quedan en tu boca, que extingue el poco tabaco que queda. Antes de que pueda alzar la mirada llegan las cervezas. Apuras un sorbo, yo bebo uno largo...
-...Ah- burbujeante, es todo lo que ocupa mi mente. 
-Con calma, no hay prisa.- dices riendo. Ríes, solo te ríes de mi hoy. Pero era necesario, necesitaba refrescar la garganta, prepararla para lo que sea que tenga que decir.
-¿Y?- froto mis manos en mis piernas -¿Que nos trae por aquí?
-No lo se, tenía ganas de hablar con alguien.- entorno los ojos.
-Esta bien.
-Quería verte.- y esta vez veo sus ojos, él sostiene la mirada. Y todo se va por la borda.
A partir de ahora no se pueden bloquear unos de los tantos recuerdos que esto, junto con el ya débil aroma del cigarro, trae a flote a mi mente, atropellándolos contra la habilidad de hablar.







martes, 13 de septiembre de 2011

I can't help it.

But I always lose in these tricky games of yours. Do I worth something for you? answer me now before I decay on your mind.