
La única manera en que sabrás que estoy triste será cuando vaya a la cama, sin limpiar mi rostro, dejando que el maquillaje y pinceladas del día penetren la piel, convirtiéndose en arrugas que con el paso del tiempo serán historias que te cuento. Serán historias que con un suspiro te dirán que hay muchas mañanas en esta dulce, pero al fin, melancolía.

