lunes, 15 de diciembre de 2008

doce cuarentaisiete

Estos sueños se comen las migajas de lo que fuera la esperanza. No me canso de engullir toda la miseria propia y ajena, y con las sobras me encargo de construir este rostro, que podrías ver cada mañana y nunca descubrir que ocultan esos parpados, además de mis ojos.
Aun soy adolescente, y ese sentimiento burbujeante aun me invade cuando veo un poco de luz. Que va, sigo siendo como un niño que espera ansioso la navidad, aun sabiendo lo que le depara. Solo quiero que llegues a nacer, encontrarte, para que me enseñes la ruta.




No hay comentarios: