Antes pensaba que estaba esperando una vida para llegar aquí. Ya no es como en la escuela, cuando deseaba llegar hasta este momento. Pensaba que podría desperdiciar tiempo mientras crecía. Y a pesar de que siempre he caído, aun sigo creyendo todo. Dejé el cuento para empezar a leer el siguiente.
De mitos y ramas estaba hecha mi celda; yo misma la construí. Una parte de mí quiere volver a levantarla pero creo que la destruí bien.
A cada paso me tropiezo, con ladrillos que me voy encontrando en el camino, invitándome otra vez a construir su muro, pero esta vez aguanto los golpes y trato de divisar mi aboyado sendero. Antes me ocultaba en las trincheras de la decepción, asomando mi cabeza, observando la guerra de mi historia. Desempolvando mi inexperiencia me atreví a caminar, recibiendo de todo. Sin ganar batallas.