lunes, 26 de noviembre de 2012

Untitled

Tiene tus ojos, posee tus dedos, pero no tu cabello
Largo y castaño, se le refleja el cielo
Su aura es dulce y más pasiva pero aun así encuentro
Tantas cosas de tus manías, montón de recuerdos.
Y quizá me veo rara cuando le miro
Me quedo quieta, siguiendo su falda, no se da cuenta
Que su naturaleza no impide en nada que vea tu ceño
Tan marcado cuando me hablabas de tus anhelos.

El sol de la tarde se cuela entre sus pestañas
Y las sombras hacen que luzcan interminables
Me recuerdan a  las tuyas que se enredaban
Cada vez que tu rostro se acercaba
Para un beso vehemente reposar.

Pero esta vez no es tu tórrido roce
El que tocará mis inquietos labios
Más no dejo de pensar en el tibio rastro
Que abrasa mi piel cuando se acerca;
Tan cándida, ella no sabe
Que tú lo has inyectado en mi piel.




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